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La VII edición de la Muestra de Asociaciones plasma en la calle La Estación la labor de muchos colectivos en los que es fundamental el papel del voluntariado para poder sobrevivir

El CORREO. ÓSCAR CASADO

Fue una jornada en la que se consiguió lo que se pretendía: hacer visible el trabajo de muchas asociaciones. Una labor, que en la mayoría de los casos se realiza a la sombra, y que aglutina desde la ayuda altruista hasta la asistencia médica. Una variedad que también se reflejó en la VII Muestra de Asociaciones, en la que estuvieron presentes las 24 agrupaciones que estaban previstas.

Entre ellas, se encontraban los organizadores de la Plataforma Mirandesa del Voluntariado. Su responsable, Francisco Delgado, destacó que los nuevos puntos de desarrollo se centraban en dos iniciativas como son «el banco de tiempo y otra de apoyo a personas con discapacidad para realizar actividades cotidianas o de ocio».

Un último proyecto en el que desde la Plataforma por ejemplo se tratará de contactar con los clubes deportivos para hacer posible que la actividad la puedan practicar personas que de otra manera no podrían acceder. «Nosotros pondríamos una serie de voluntarios», que se encargarían de hacer posible el ejercicio físico o la tarea que se necesite. Además los colaboradores recibirían una formación específica para poder participar en el proyecto.

Pero al margen de la Plataforma, sobre la calle La Estación se colocaron un buen número, y alguna de las presentes, todavía con mucho que mostrar. Una de ellas era Vita Flumen que «igual se conoce más por el club, pero la asociación es mucho más», explica la presidente de la parte deportiva, Montse Alsina, quien añade que la gimnasia se formó para «generar actividades de ocio responsable para los jóvenes». Al margen de esta vertiente, por su parte se realiza un esfuerzo para hacer visible su vertiente más solidaria y altruista. Una faceta que tratan de desarrollar con «otro tipo de actividades como formación para colectivos vulnerables, campañas de recogida de alimentos o de ropa», enumeraba Alsina, poniendo en valor la figura del voluntario. «Si no sería imposible», zanja.

Otra de las que se dejaron ver fueron los Amigos del Camino de Santiago, quienes además realizaron una ruta a pie, para seguir con el fomento de este recorrido, en un momento bueno para la asociación «con el albergue nuevo recién estrenado» y con los peregrinos que «parece que están viniendo». Al margen de haber conseguido este objetivo, indican que siguen encontrando a gente que «no conoce que el camino pasa por Miranda», advierten. Un número que cada vez es menor, entre otras cosas, por la importante labor de promoción que realizan por su parte.

Carácter asistencial

En la muestra también estuvieron algunas asociaciones asistenciales, que en muchos casos cumplen una función fundamental para los enfermos de ciertas enfermedades. Dos de ellas fueron Asbem y Ampaf. La primera de ellas trabaja fundamentalmente con personas que tienen esclerosis múltiple, aunque también atienden otro tipo de patologías que guardan relación.

En este 2017 han cumplido 20 años y en su día a día, pese a que cuentan con empleados, el papel de los voluntarios es fundamental. Así lo explica Begoña Castro, trabajadora social de Asbem, que en este cumpleaños ha pasado por un momento delicado económicamente. Unas dificultades para asociaciones que Castro advierte que hoy por hoy son «imprescindibles por decirlo de alguna manera», porque sin la labor que se realiza dentro de sus sedes, los enfermos no recibirían el mismo trato por parte de las Administraciones. Por este motivo, apunta a que se las «bebería de cuidar un poco más», ya que «si desaparecemos la atención al ciudadano va a desaparecer».

Una función similar es la que se cumple desde Ampaf, que en su caso aglutina a las personas que sufren la fibromialgia. Una enfermedad que todavía tiene mucho margen para conseguir una visibilización mayor en la sociedad. Carmen Ocón la padece y señala que «es muy difícil sobrellevarla sola». Por eso es muy importante tener el apoyo de la asociación. Además, y como sucede con otras dolencias se junta un factor económico porque «las terapias no entran por la seguridad social por lo que sino fuese por la asociación no sería posible».

«Es un día de fiesta», reivindicaron los organizadores

La jornada servía para hacer visible el trabajo de las asociaciones, pero desde los organizadores de la Plataforma Mirandesa del Voluntariado tenían claro que el objetivo se tenía que conseguir con un toque lúdico. Por este motivo se encargaban de destacar que «es un día de fiesta», apuntó el responsable de la Plataforma, Francisco Delgado. Un punto de partida claro para hacer «un pequeño homenaje», a grupos en los que «trabajan con voluntariado o tienen un fin asistencial», recordó Delgado. En cualquier caso, en la cita todavía se acercan personas que desconocían de la existencia de alguna de ellas. No obstante, desde la Plataforma sí que se conoce bien el trabajo que se realiza en cada una de ellas, porque en muchas ocasiones los voluntarios colaboran con algunas de ellas cuando lo necesitan. Por este motivo, Delgado volvió a hacer un llamamiento para conseguir más personas dispuestas a echar una mano en las asociaciones o en la Plataforma. En la actualidad «necesitamos voluntarios» no solo para desarrollar los proyectos sino para hacer estas colaboraciones. En este sentido, Delgado detalló a que cuentan con unos «unos 45 ó 50» que participan en función de la disponibilidad o la actividad.

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